Hoy compañeros Ferroviarios estamos festejando 69 años, de aquel maravilloso 17 de octubre de 1945, inicio del Peronismo.
En la mañana de aquel día se escuchaba en la voz de miles y miles de argentinos: “Sin galera y sin bastón, somos los muchachos de Perón”.
Si hay un día que cambió la historia de nuestro país, que dividió en dos la vida argentina es éste.
Un día en que todos aquellos muchachos peronistas, todos unidos, triunfaron.
Fue una movilización nunca antes vista hasta ese momento, eran más de 100 mil trabajadores, manifestantes con banderas y pancartas que coparon desde temprano la zona de la Plaza de Mayo con el reclamo de la libertad de Perón , que se encontraba detenido en la isla de Martín García por orden del presidente de facto, Edelmiro Farrell.
Perón en ese entonces, tanto desde la secretaría de Previsión Social, como desde el ministerio de Guerra y de la vicepresidencia de la Nación, había creado nuevas leyes sociales que otorgaban a los trabajadores beneficios nunca antes conquistados, por eso fue duramente cuestionado.
Resuenan todavía en la histórica Plaza de Mayo, esos gritos de quienes pedían por quien sería su líder.
Así fue que ese miércoles 17 de octubre de 1945 el pueblo permaneció todo el día hasta que por la noche, Perón, que había sido trasladado al Hospital Militar Central de Buenos Aires llega a la Casa de Gobierno invitado por el presidente, quien había reconocido que no podía callar a esa multitud reunida en la plaza.
Y desde el balcón aclamado por la multitud el General dice: “Siempre he sentido una enorme satisfacción: pero desde hoy, sentiré un verdadero orgullo de argentino, porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria.”
Así se incorpora la clase obrera a la vida política del país y es reconocida como uno de los factores de poder, nace una nueva fuerza política con Perón al frente, nace el peronismo como doctrina social del pueblo argentino.
Es importante entender que la lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. La lealtad es un valor, pues quien es traidor se queda solo.
Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a su etapa más profunda. La lealtad es un valor que no es fácil de encontrar.
Es, por supuesto, más común aquella persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque y cuando dejamos de serle útil nos abandona sin más.
Es frecuente saber que alguien frecuenta un grupo contrario porque le da más beneficios. Y lo que acaba ocurriendo es que nadie confía en ese tipo de personas.
Con el orgullo de sentirme totalmente identificado con el pensamiento de Perón y Evita, quiero mandarles un gran saludos a todos mis compañeros en este Día de la Lealtad Peronista. Y un fuerte grito de VIVA PERON, VIVA PERON
Roberto Nuñez Secretario de Relaciones Institucionales Unión Ferroviaria
En la mañana de aquel día se escuchaba en la voz de miles y miles de argentinos: “Sin galera y sin bastón, somos los muchachos de Perón”.
Si hay un día que cambió la historia de nuestro país, que dividió en dos la vida argentina es éste.
Un día en que todos aquellos muchachos peronistas, todos unidos, triunfaron.
Fue una movilización nunca antes vista hasta ese momento, eran más de 100 mil trabajadores, manifestantes con banderas y pancartas que coparon desde temprano la zona de la Plaza de Mayo con el reclamo de la libertad de Perón , que se encontraba detenido en la isla de Martín García por orden del presidente de facto, Edelmiro Farrell.
Perón en ese entonces, tanto desde la secretaría de Previsión Social, como desde el ministerio de Guerra y de la vicepresidencia de la Nación, había creado nuevas leyes sociales que otorgaban a los trabajadores beneficios nunca antes conquistados, por eso fue duramente cuestionado.
Resuenan todavía en la histórica Plaza de Mayo, esos gritos de quienes pedían por quien sería su líder.
Así fue que ese miércoles 17 de octubre de 1945 el pueblo permaneció todo el día hasta que por la noche, Perón, que había sido trasladado al Hospital Militar Central de Buenos Aires llega a la Casa de Gobierno invitado por el presidente, quien había reconocido que no podía callar a esa multitud reunida en la plaza.
Y desde el balcón aclamado por la multitud el General dice: “Siempre he sentido una enorme satisfacción: pero desde hoy, sentiré un verdadero orgullo de argentino, porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria.”
Así se incorpora la clase obrera a la vida política del país y es reconocida como uno de los factores de poder, nace una nueva fuerza política con Perón al frente, nace el peronismo como doctrina social del pueblo argentino.
Es importante entender que la lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. La lealtad es un valor, pues quien es traidor se queda solo.
Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a su etapa más profunda. La lealtad es un valor que no es fácil de encontrar.
Es, por supuesto, más común aquella persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque y cuando dejamos de serle útil nos abandona sin más.
Es frecuente saber que alguien frecuenta un grupo contrario porque le da más beneficios. Y lo que acaba ocurriendo es que nadie confía en ese tipo de personas.
Con el orgullo de sentirme totalmente identificado con el pensamiento de Perón y Evita, quiero mandarles un gran saludos a todos mis compañeros en este Día de la Lealtad Peronista. Y un fuerte grito de VIVA PERON, VIVA PERON
Roberto Nuñez Secretario de Relaciones Institucionales Unión Ferroviaria
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